"El Crítico": ¿Se puede equilibrar la balanza entre Carlos y Boyero?
Juan Zabala y Javier Morales apuestan por la figura mas controvertida del periodismo cultural en España y estrenan "El Crítico", un documental sobre Carlos Boyero

Pocas historias comienzan con escribir para ganar unas pesetas y continúan con gastos pagados en Berlín, Venecia y Cannes. La de Carlos Boyero, el rockstar de la crítica del cine, toca su fin con una película biográfica que se estrenará en Canal TCM el próximo 21 de octubre.
Con un "Adiós a todo eso" se despedía Boyero hace poco más de un año de los festivales de cine, su segunda casa durante cuarenta años. Tan decepcionado quedó con el veredicto del jurado del Zabaltegi, cuando entregó la Concha de Oro a la directora rumana Alina Grigore por la película "Blue Moon", que prometió no volver a pisar un festival. Sin embargo, ni "el agotamiento físico, mental y existencial", ni las "causas de moda" que él repudia han impedido que Boyero visite, un año más, el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Eso sí, esta vez en calidad de invitado.
De un crítico que ni lee ni atiende a la crítica ajena, es común temer una producción basada en ensalzar su persona en un descuido de la parte humana. El crítico más temido, el más odiado, el más querido, el más respetado - o así lo presentó Andreu Buenafuente en su Late Motiv - tiene infancia, adolescencia, miedos, inquietudes, amigos, compañeros y rivales. Juan Zabala y Javier Morales, ejecutan un excelente trabajo a la hora de hilar el último encargo de Boyero como crítico en San Sebastián, con imágenes y testimonios que tratan de explicar los claroscuros de una personalidad tan admirada como odiada.
El documental proyecta los momentos clave de la vida del protagonista. Desde la impotencia que dominó los primeros años de su vida, mientras estudió en un colegio de curas; a las primeras aventuras en la capital, a la que marchó para estudiar Ciencias de la Información en la Universidad Complutense y ella le regaló una duradera amistad con Antonio Resines (actor), Fernando Trueba (director de cine) y la noche madrileña.
La parte biográfica del filme se completa con sinceras confesiones del Carlos que no diferencia entre escribir sobre la vida y escribir sobre el cine. En "El Crítico" choca su negativismo hacia Almodóvar, las nuevas tecnologías, el cien coreano y la sociedad del siglo XXI; con su particular forma de ver el amor y combatir la soledad.

"El último mohicano", el apodo elegido para definir a Boyero en su documental. Una definición un tanto ambigua con la que se busca explorar el futuro del cine y el periodismo. Por un lado, no es inusual que, como parte de la actitud soberbia que rodea al personaje, haga referencia a la extinción del buen crítico. Una especie que escribe lo que le place, a pesar de vivir con "la censura en el cogote". Por el otro, refleja el anhelo por un época menos posmoderna.
Así, la producción ofrece una postal nostálgica de los festivales en los que reinaba el buen cine y la mejor compañía de amigos, cenas y alcohol. Un tiempo en el que los medios invertían en los periodistas, figuras que gozaban de la misma fama que los actores y actrices con los que compartían alojamiento en los mejores hoteles en las capitales del cine. En pos de reivindicar el olvido que condena a la profesión, Zabala y Morales dan voz a periodistas jóvenes, cuyas oportunidades de triunfar se ven cada vez mas limitadas a la escasa demanda de periodismo cultural.
A fin de cuentas, "El Crítico" desmonta una vida, una trayectoria que rápido se convierte en el reflejo de la sociedad. Es el deseo de encontrar el equilibrio entre Carlos, el ser humano vulnerable y entrañable; y Boyero, el crítico.