El nuevo Newcastle de Eddie Howe
Tras la llegada del fondo soberano saudí, el mítico club inglés ha renacido
El Newcastle United ha pasado de la nada al todo. Recordemos que antes de que Mohamed bin Salman comprara el equipo y se hiciera el nuevo propietario del club, los magpies se encontraban en la última posición de la tabla de clasificación de la Premier League. Once puntos y una sola victoria, números que llevaban al Newcastle a estar con pie y medio en segunda división.
Tras la contratación de Eddie Howe y después de 117 millones de euros en fichajes, el equipo inglés consiguió salvarse de manera brillante, ganando doce partidos y logrando una cifra total de 49 puntos, que le auparon a la undécima posición.
Sorprendentemente, el jeque árabe invirtió una gran cantidad de dinero de manera muy inteligente, reforzando posiciones determinadas con perfiles de jugadores muy específicos que le dieron un salto de calidad al club. Y es sorprendente dados los múltiples informes e informaciones que salieron a la luz tras su llegada. Todos pensaban que el Newcastle haría un equipo de ensueño reuniendo a las mayores estrellas.
Trippier fue el primer fichaje de esta nueva etapa. El lateral es a día de hoy uno de los mejores jugadores de la presente liga, y llegaba para cubrir una vacante donde solamente jugaban jugadores reconvertidos a esa posición. Más tarde se sumaron Burn y Targett. Tres fichajes para la línea de cuatro defensas. Tres nuevos jugadores titulares para la zona más crítica del campo, donde el Newcastle estaba siendo inconsistente e inseguro (42 goles recibidos en 18 jornadas).

A estos nuevos nombres se unieron Wood, en la delantera (único fichaje sobre pagado, pero necesario por las lesiones de Wilson) y la pieza angular del proyecto, Bruno Guimarães, en la medular, destruyendo el ataque rival y creando el juego propio. Este fue el nombre clave que junto con Trippier dio el salto de calidad necesario al club.
Después de una segunda mitad de temporada rozando la perfección, el fondo soberano saudí tenía que completar el trabajo hecho en invierno para formar un equipo que pudiera pelear los puestos europeos. En ninguna cabeza cabe que en la primera temporada completa de Mohamed bin Salman y Eddie Howe al frente del Newcastle, las urracas fuera a competir por entrar en la Champions League. Pero tras 18 jornadas, es el equipo mejor situado a excepción de los dos candidatos al título.
La llegada de Sven Botman como líder indiscutible de la zaga, de Pope para relevar a Dubravka y el expendio en Isaak en la delantera, han conseguido que el equipo británico tenga una plantilla competitiva y con mucha calidad y fondo de armario. Ahora los magpies son capaces de plantar cara a los grandes y pasar por encima de los equipos de mitad de tabla y la zona baja.
35 puntos en 18 partidos. 32 goles a favor y solamente 11 concedidos. A 4 puntos del Manchester City con un partido más. La primera parte de temporada del Newcastle está a la altura de su segunda mitad del curso anterior, y he aquí las claves.
Los de Eddie Howe están logrando ser un seguro en la zona defensiva. 10 porterías imbatidas, lo que supone más de la mitad de los partidos jugados. Nick Pope consigue resolver de manera exitosa las acciones en las que tiene que intervenir. De hecho, estas acciones son bastante escasas, ya que le protege una línea de 4 que parece un muro. El cancerbero es probablemente el menos estético de la liga, pero sus intervenciones son altamente exitosas.
Sven Botman no ha necesitado tiempo de adaptación. Desde el primer día se ha convertido en el líder defensivo, sin importar el acompañante que tenga en el centro de la zaga. Tanto Schär como Burn acompañan al neerlandés y están a la altura de la ocasión. A la derecha, el capitán y mejor lateral derecho de la temporada. Trippier, tras su paso por el Atleti, se ha convertido en el jugador clave para que el juego del Newcastle sea tan fluido y reconocible. Toda ocasión de gol pasa por sus pies. Por la izquierda, Targett y Burn (de nuevo) rotan por la posición de lateral, rindiendo de manera muy regular.
Pasando al centro del campo Bruno Guimarães representa todo lo que está bien en el mundo del fútbol. Este es un jugador completísimo que es capaz de hacer todo en el terreno de juego. Corta balones, presiona, gana duelos, conduce, crea juego, asiste, marca. Se puede decir sin lugar a equívocos que es uno de los mejores jugadores del mundo.

Por delante, tanto Willock como Longstaff son unos excelentes escuderos, que se complementan de gran manera para que el equipo siga creciendo. Joelinton también suele actuar de interior, de corte más defensivo que ofensivo, sorprendentemente, después de su reconversión de delantero a centrocampista.
El futbolista brasileño también ha ocupado la posición de extremo, relegando a un segundo plano a Saint-Maximin, que ha pasado parte de la temporada lesionado. Por la otra banda, Miguel Almirón está firmando unas actuaciones impresionantes, marcando muchos goles y jugando como nunca en las islas. El paraguayo es el máximo goleador del equipo, con 9 tantos.
En punta, los tres delanteros están repartiéndose los minutos, dado que ninguno está consiguiendo mantenerse sano durante el año. Tanto Isaak como Wilson han rendido a un gran nivel cuando han tenido la oportunidad. Wood ha servido como parche cuando ninguno estaba disponible, marcando goles cuando ha sido necesario.
El Newcastle ha logrado por fin crear una plantilla a la altura de las expectativas, pero el gran artífice de los logros del equipo es el entrenador. Eddie Howe, que ya había hecho un gran trabajo con el Bournemouth, ha conseguido sacar el mayor potencial de unos jugadores que han explotado definitivamente con él. Los nuevos esquemas (pasando al 4-3-3), la reconversión de futbolistas como Joelinton y una táctica mucho más agresiva sin balón y mezclando el juego de posición con la transición en ataque, son sus grandes señas de identidad.

Los magpies juegan muy bien, tanto en juego de posición como en transición. Presiona muy alto, y de manera muy organizada, lo que hace que recuperen muchos balones en tres cuartos de campo y con varios jugadores en posiciones ofensivas para llegar a zonas de finalización lo antes posible. Cuando la presión no surte efecto, los jugadores repliegan rápidamente y es muy difícil encontrar huecos en una defensa férrea.
Cabe destacar, por último, el gran partido del Newcastle el pasado martes frente al líder, el Arsenal, al que frenó en seco. Un gran encuentro que confirma las buenas sensaciones de los de Howe, no solo contra equipos inferiores, sino también contra los mejores. Solamente el Liverpool ha sacado los tres puntos de su enfrentamiento con el nuevo Newcastle, y será todo un reto para las urracas mantener el ritmo en la segunda vuelta de la competición.