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Gareth Bale cuelga las botas

Tras unas temporadas sin mucho protagonismo, “el Expreso de Cardiff” ha puesto fin a su carrera como futbolista

La "chilena" de Bale en la final de Champions League 2018. Fuente: CNN en Español

A lo largo de la última década los aficionados al fútbol han podido disfrutar de excepcionales futbolistas como Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, Luka Modrić… Lo más normal es que esta quinta de jugadores se vayan retirando poco a poco, pues su edad activa futbolísticamente va llegando a su fin. A esta larga de futbolistas, hay que añadir el nombre de Gareth Bale. Tanto por su calidad, como por el reciente anuncio de su adiós del mundo del fútbol.


El galés, que vino como el fichaje galáctico de Florentino Pérez con el fin de conseguir la anhelada décima Champions League, ha sido uno de los jugadores más icónicos que se recuerdan de los últimos años. Uno de los atributos más memorables del de Cardiff es la velocidad explosiva que hacía parecer que sus defensores se movían a cámara lenta. Todavía perdura en el recuerdo de los madridistas aquella “cabalgada” por la banda de Mestalla en la que Marc Bartra le echó del campo y, ni aún así, pudo evitar el gol de la victoria en la final de la Copa del Rey frente al Barça. Ya lo dijo una vez Guardiola en rueda de prensa (refiriéndose al Real Madrid, en el que estaba Bale). “Son atletas”.

Algo más reciente fue el gol de chilena que logró realizar contra el Liverpool en la final de la Champions League 2018. En resumidas cuentas, era un jugador que lo tenía todo: explosividad, rapidez, calidad en el golpeo, técnica, físico…


Otra de las mejores facetas de Gareth Bale fue la capacidad para aparecer en los momentos más importantes de una temporada, especialmente en las finales. Se le podría considerar el clucth player del fútbol. Ha sido un jugador que, normalmente, aparecía en las finales que disputaba: final de Champions League 2014, final de Copa del Rey 2014, final de Champions League 2016 o la final de Champions League 2018.


Cabezazo de Bale ante el Atleti en la final de Champions League 2014. Fuente: The New York Times

No obstante, la regularidad nunca ha sido una fortaleza del británico. Ya fuese por las lesiones o su actitud, la constancia ha brillado por su ausencia en muchos momentos de su carrera. 206 partidos se ha perdido Gareth Bale por culpa de las lesiones desde el año 2007. Llegaba un momento en el que resultaba normal que un jugador de su talla mundial estuviese desconvocado una y otra jornada.


“El Expreso de Gales” siempre ha sido un jugador muy peculiar. Muy callado, rara era la ocasión en la que el galés mostraba algún ápice de sentimientos. Al final, esto hacía que los aficionados desconfiasen de él, tachándole de “pasota” cuando las victorias no llegaban. Esa supuesta apatía, muchas veces, era mostrada por el propio jugador cuando calentaba en la banda o con la falta de actitud cuando entraba al campo siendo suplente. Extradeportivamente, era un jugador de pocas palabras. Pese a estar 9 temporadas en el conjunto blanco, no se le recuerda ninguna declaración pública en castellano. Y eso afectó negativamente en el modo en el cual la afición merengue vio cómo de integrado estaba tanto en el equipo como en la ciudad, siendo objeto de numerosas críticas.


La selección de Gales ha sido el escudo protector de Bale cada vez que lo requería. Ante la falta de cariño por parte del Real Madrid y su afición, Bale deseaba que llegasen cuanto antes los parones de selección. Allí, Gareth se transformaba. Pasaba de ser una persona triste e introvertida a todo lo contrario. Además, cuando en el Madrid parecía que estaba lesionado; de repente, era convocado con Gales y, mágicamente, la lesión desaparecía. No hay que olvidar que en una concentración con su selección protagonizó una de las escenas más famosas: con una sonrisa de oreja a oreja, sacó una bandera de Gales en la que se manifestaba su orden de preferencia. “Gales. Golf. Madrid. En ese orden”.


"Gales. Golf. Madrid. En ese orden". Fuente: The Sun

Gareth Bale ha cosechado a lo largo de su trayectoria un total de 23 títulos. Muchos de ellos en momentos clave. Por su carisma -o falta de ella- ha sido un jugador especial que, sin esforzarse mucho, conseguía ser determinante. Quizás el fútbol nunca le ha apasionado, sino que lo veía simplemente como su trabajo. Por eso, a día de hoy, que es ya oficialmente un exfutbolista, tendrá mucho tiempo para disfrutar de aquello que verdaderamente le hacía feliz: el golf.

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