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Las rivalidades más icónicas de la historia del tenis

El tenis es el deporte en el que las rivalidades individuales cobran un mayor protagonismo. En este artículo se repasarán algunas de las que marcaron un antes y después en su historia

En el tenis siempre han destacado las individualidades debido a la propia naturaleza del deporte que, al igual que otros como el boxeo, el ganador siempre es aquel jugador que vence en un partido, uno contra uno, a otro jugador. Como cabe esperar, este hecho provoca que muchos tenistas se vean las caras en repetidas ocasiones y que, progresivamente, se vaya creando una historia, un argumento, un "salseo", que resulta en una rivalidad. Lejos de ser algo perjudicial para el tenis, son este tipo de hechos los que lo nutren y atraen un mayor interés del público.


Por no caer en los mismos tópicos de siempre y con la intención de descubrir nuevas figuras históricas del deporte, no se hablará de la rivalidad de las últimos quince años, protagonizada por los archiconocidos Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovic. Por el contrario, usaremos la máquina del tiempo para trasladarnos a épocas pasadas donde los tenistas jugaban con raquetas de madera o aluminio, zapatillas sin cámara de aire y cuerdas de tripa natural.



Federer, Nadal y Djokovic. Fuente: Getty Images

La primera de las tres que se repasarán en este artículo es la de John McEnroe y Björn Borg, ambos considerados como unos de los mejores jugadores de la historia, y más conocida como Fire and Ice. Este nombre describe a la perfección sus dos personalidades, y es que estos dos tenistas eran las dos caras de la misma moneda. Por un lado, la tranquilidad y temple del sueco Borg que se ganaría el apodo de Ice Man. Por otro lado, el por aquel entonces joven, enérgico y explosivo norteamericano McEnroe.


Estos dos protagonizaron partidos de alto calibre a finales de los años 70 y en los primeros de los años 80. Durante esa época, el sueco dominaba el circuito sin nadie que le pudiese hacer frente, como demuestran sus títulos consecutivos de Roland Garros y Wimbledon. Sin embargo, el tenista americano estaba llegando al pico de su carrera y su hambre de comerse le mundo no hacía más que crecer. Con estas premisas, se citaron en la final de Wimbledon en el año 1980, en el que es considerado como uno de los mayores partidos de la historia del tenis.


No obstante, esta rivalidad se vio truncada por la prematura retirada del tenista sueco a los 26 años de edad, en los que acusó una desmotivsción debido a la mediatización de su figura. Esta rivalidad se saldó con un empate a siete de victorias, aunque McEnroe se hiciese con cinco de las nueve finales que disputaron. En cuanto a reconocimiento, Borg acabaría su carrera con 64 títulos, 11 Grand Slam, mientras que McEnroe, 77 títulos, de los que 7 fueron Grand Slam.


Björn Borg y John McEnroe. Fuete: ATP

La siguiente rivalidad es más reciente y es la de Pete Sampras y Andre Agassi, ambos americanos y también merecedores de un puesto en el olimpo del tenis. Al igual que ocurría con Borg y McEnroe, Sampras y Agassi eran totalmente distintos. El primero era el modelo clásico de tenista, el Federer de los años 90, elegante, discreto y tranquilo. Por el contrario, Agassi irrumpió en la escena con looks extravagantes y rompedores, al usar ropa de colores y peinados llamativos, al igual que pendientes y tatuajes. En lo referido al tenis, Agassi era un jugador de fondo que sufrió muchos altibajos en su carrera, mientras que Sampras apadrinó el saque-volea y tuvo una carrera más constante. Lo que sí tuvieron en común es que ambos revolucionaron el mundo del tenis con la potencia y espectacularidad de sus golpes.


Estos llegaron a enfrentarse en 34 partidos entre los años 1989 y 2002, con un balance favorito a Pete de 20 victorias por las 14 de Andre. Destacan las 5 finales de Grand Slam, en las que aquí se llevó 4 Pete y solo 1 Agassi. Este acabaría su carrera con 60 títulos, 8 Grand Slams, mientras que Sampras terminaría con 64, 14 de ellos Grand Slams, marca que le hizo eregirse como un posible GOAT, ya que nadie lo había conseguido hasta la fecha.


Pete Sampras y Andre Agassi. Fuente: Canaltenis

La última de las rivalidades es la también acontecida en los años 90, la de Steffi Graff y Monica Seles. A Steffi Graf sólo se la puede calificar como una tenista insaciable, invencible, que rompió todas las estadísticas al conseguir hazañas de tal calibre como la consecución del Golden Slam (4 títulos de Grand Slam y el oro olímpico) en una misma temporada en el año 1988 y la suma total de 22 Grand Slams. La superioridad de la germana estaba por encima de cualquier tenista del circuito y el almacenamiento de grandes torneos en su palmarés no parecía tener fin. Es en ese momento cuando aparece la figura de Monica Seles, quien ganaría su primer Roland Garros a los 17 años y más tarde arrebataría a Graff el número uno del mundo entre los años 1991 y 1993.


Desgraciadamente, esta rivalidad destinada a ser historia del tenis se vio truncada en el año 1993, cuando Seles fue apuñalada por la espalda en el transcurso de un partido en Hamburgo. El autor fue un fanático de Steffi Graff que saltó a la pista y marcó un punto de inflexión en la carrera de la jugadora serbio-americana. A pesar de que a volviese al circuito profesional 28 meses después, su nivel y físico solo la permitieron ganar un Grand Slam más, haciendo un total de 9. Por otro lado, Steffi Graff se coronó como la mejor jugadora de toda la historia, reconocimiento ahora disputado por Serena Williams, gracias a sus 107 títulos y 22 Grand Slams.



Steffi Graff y Monica Seles. Fuente: El País

En definitiva, está claro que estas rivalidades son las que han conseguido que el tenis llegue a ser el deporte que conocemos hoy en día. De igual manera, el futuro nos brindará más ejemplos de ellas en las que nuevos jóvenes aspiraran a romper con lo establecido y a hacerse un hueco en la mesa de estos grandes nombres. Finalmente, esperemos que nuestro Carlos Alcaraz sea uno de ellos.

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