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Las tierras raras, el futuro de la geopolítica

Actualizado: 13 nov 2023

Las próximas décadas en las relaciones comerciales internacionales pasarán por el control de la producción y exportación de estos materiales, claves en la producción de dispositivos militares, electrónicos, y médicos.


Desde tiempos inmemoriales la sociedad ha evolucionado gracias a los descubrimientos tecnológicos que se fueron haciendo. El primero de ellos, el fuego. Luego vinieron los avances en los materiales que se empleaban para las herramientas y utensilios, desde la piedra hasta el hierro pasando por el bronce. Con el tiempo también se expandiría la escritura en todas las civilizaciones pudiendo guardar un registro permanente de todos los conocimientos.


No obstante, a pesar de otros descubrimientos en el el ámbito de la agricultura como el molino de viento, los mayores puntos de inflexión llegaron a inicios de la Edad Moderna, donde se empezaría a comerciar de manera intercontinental y cuyos objetos de mayor valor eran el oro, la plata, el azúcar, las especias...


Este patrón de comercio internacional terminó de explotar en las revoluciones industriales donde el carbón fue el bien más codiciado de la época, protagonista y material más importante en la industria pesada. Siguiendo este camino histórico, llegamos a nuestros días, dominados por Internet y un sin fin de dispositivos electrónicos de los que la humanidad, lejos de desprenderse de ellos, dependerá gran escala en el futuro. Por tanto y, siguiendo esta lógica, ¿cuál es el material por el que el mundo se peleará en los mercados en este contexto?



Imagen de dispositivos electrónicos. Fuente: Deposit photos

Este material más bien son varios, y es que lo que definirá la carrera mercantil y económica del futuro serán las tierras raras. Aunque, por irónico que parezca, ni son tierras ni son raras. Por un lado, se tratan de diecisiete elementos de la tabla periódica, por lo que no hace referencia a una superficie agraria, mientras que, por el otro lado, estos elementos están lejos de ser un hallazgo especial ya que algunos de ellos son más abundantes que otros minerales como el oro, el plomo o el zinc.


Entonces, ¿por qué el nombre de tierras raras? La respuesta a esta denominación tan peculiar hace referencia a a que se encuentran en muy pequeñas cantidades, mezclados siempre con otros minerales en forma de óxidos metálicos muy similares entre sí. Asimismo, también se podría decir que lo que convierte en especiales a estos materiales es su tratamiento, verdaderamente costoso, complicado y con elevados riesgos para el medioambiente.


Pero, ¿por qué son tan importantes? La verdad es que la actual relevancia de las tierras raras está relacionada con su papel clave en la manufactura de teléfonos móviles y ordenadores, pasando por coches híbridos, hasta armas y equipos médicos. Considerando los grandes planes de “energías verdes” de muchos gobiernos y la apuesta por la electrificación del parque automovilístico es de esperar un aumento de la demanda global de tierras raras.



Imagen de algunos de los elementos que componen las tierras raras. Fuente: EOM

Ahora bien, ¿cómo afecta el mercado de tierras raras al orden mundial? El primer paso para responder a este pregunta es delimitar los actores implicados en este juego. Aunque Australia, India, Canadá, Brasil o Rusia tienen grandes yacimientos, China cuenta con una clara ventaja geoestratégica y económica al exportar la mayoría de estos materiales contando solo con el 40% de las reservas. De hecho, un informe de marzo de 2021, la Semiconductor Industry Association (SIA) señalaba que China lidera la extracción de 9 de los 17 materiales de tierras raras, y la refinación de 14 de ellos.


Y es que como afirmaba Den Xiaoping, ex líder supremo del gigante asiático, "Oriente Medio tiene petróleo. China tiene las tierras raras". Esta hegemonía se explica por la laxa regulación medioambiental y laboral, lo que le permite extraer más que sus competidores y a menor coste. Además, la República Popular no tiene intención de perder su dominio y está poniendo en marcha inversiones en minas fuera de su territorio, como el proyecto "Kvanefjeld" en Groenlandia, para construir una instalación con una empresa australiana.


Esta dominancia en el mercado de las tierras raras, como se puede suponer, no hace ninguna gracia a Estados Unidos, quien ya intentaría comprar Groenlandia en 2019, debido a que contribuyen a la relación tensa entre las dos potencias, más aún al tener en cuenta que fabricar armas y otros aparatos tecnológicos depende de estos materiales. Por ese motivo, la sombra de la guerra comercial se cierne sobre las grandes potencias cada vez que China amenaza con restringir las exportaciones de tierras raras, cuya demanda crecerá mientras su producción sea indispensable para fabricar bienes tan diversos.



Producción global de minería de tierras raras. Fuente: The Political Room

Finalmente, ¿qué podemos esperar que ocurra en el mercado de las tierras raras en el futuro? Por el lado de China, esta necesita más que nunca de tierras raras para cumplir con sus objetivos tecnológicos y militares. Además, la mayor parte de las exportaciones chinas de tierras raras regresa a China bajo la forma de componentes electrónicos, esto es, semiconductores, dominados por su enemiga Taiwan y, también, motivo principal por el que se cree que el gigante chino no ataca la isla.


Por el lado de Occidente, se han llevado a cabo ciertas estrategias y medidas de diversificación mercantil con el fin de paliar el poderío chino en el mercado. Por ejemplo, Estados Unidos ha optado por la reapertura de la minería que lideró la producción mundial de tierras raras en la década de los 80. Asimismo, el reciente descubriento de yacimientos en Suecia despierta sentimientos de esperanza en el viejo continente que desea no depender tototalmente de la producción externa de estos materiales, como es el caso del gas.


No obstante, a pesar de los diversos esfuerzos por diversificar las fuentes de tierras raras, en el año 2019 China todavía era la fuente del 85% de la producción mundial de óxidos de tierras raras y de un 90% de los metales, aleaciones e imanes permanentes de tierras raras. Por ende, el futuro de las tierras raras se podría decir que ya está escrito: hegemonía china y maniobras de Occidente para contrarrestarla.






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