Steven Gerrard y Aston Villa separan sus caminos
Tras casi un año al frente de ‘los villanos’, Gerrard deja el Aston Villa al borde del precipicio
Steven Gerrard llegó al Aston Villa tras hacer historia con los Rangers escoceses. Ganó una liga 10 años después y rompió la hegemonía de los Celtics de manera imponente. Gracias a él, el equipo volvió a competición europea, jugando la Europa League, y sentó las bases para que este año jugaran en Champions League.
Por su parte, el Aston Villa venía de una gran temporada en la máxima categoría del fútbol inglés. Después de salvarse por la mínima en su primera temporada en la Premier League, Sean Dyche mejoró la competitividad de ‘los villanos’, llegando a soñar con entrar en Europa como en su época dorada. Sin embargo, y tras un gran desembolso, el Aston Villa no conseguía dar con la tecla para repetir las grandes cifras del año anterior. La entidad decidió dejar de contar con los servicios de Sean Dyche y contratar al prometedor Gerrard, esperando que les llevara al siguiente nivel.
Sin embargo, el equipo a duras penas lograba resultados positivos. Cada vez más lejos del espejismo de la temporada pasada, el equipo pasó por un año de transición, en tierra de nadie. No sufrieron para mantener la categoría, pero no alcanzaron las expectativas.
Gerrard seguiría con la confianza de la directiva, dándole todo el verano para trabajar y trayendo a grandes futbolistas en los primeros días del mercado de fichajes para seguir creciendo en la Premier y poder dar algún susto en las copas nacionales. Al entrenador inglés se le acababan las excusas, con un equipo muy competitivo, nuevos fichajes y tiempo para inculcarles su estilo de juego a los futbolistas.
Jugador por jugador, el Aston Villa cuenta con una gran plantilla que podría estar cerca de posiciones europeas fácilmente. Emi Martínez en portería, gran solidez defensiva con la incorporación de Diego Carlos y la constancia de Konsa, dos laterales muy ofensivos y capaces de marcar diferencias, Cash y Digne, un centro del campo complementario y con alternativas con McGinn, Kamara, Douglas Luiz o Ramsey, y un ataque con mucha dinamita y grandes nombres: Coutinho, Ings, Watkins, Bailey, Buendía…
Parecen tenerlo todo para crecer, competir y pelear por las posiciones de arriba, pero…

Gerrard es despedido 11 partidos después, con dos victorias y tres empates, que dejan al equipo al borde del precipicio, empatado a 9 puntos con rivales hundidos en el descenso.
El Aston Villa no juega a nada. Cada partido parece una final y los jugadores parecen nerviosos continuamente. Es verdad que las lesiones (Diego Carlos en el primer partido o Digne, entre otros) no ayudan, pero errores de alevines en los momentos claves y, sobre todo, la falta de ideas, de creatividad o de fluidez arriba, que se traduce en 7 goles, han sentenciado al que fuera jugador del Liverpool.
El equipo no arranca, ni individual ni colectivamente. Los mejores jugadores son incapaces de sacar su máximo potencial y los cambios no consiguen sumar al equipo. Simples destellos de calidad en la zona ofensiva han alargado lo inevitable: la destitución de Gerrard.
Unai Emery será el nuevo entrenador del Aston Villa, dejando el Villarreal a mitad de temporada para emprender un nuevo reto. El español emprende su segunda etapa en Inglaterra después de dirigir al Arsenal. Un gran entrenador para una gran plantilla que llega después de ganar una Europa League y llevar al 'submarino amarillo' a semifinales de Champions League.
Es cierto que parece muy complicado que Emery, con el equipazo que queda en Villa Park, sea capaz de empeorar, tanto el juego propuesto como los resultados. Pero el club parece muerto y no consiguen avanzar. Era hora de un cambio de aires, que llega en el momento justo, teniendo en cuenta que el mundial está a la vuelta de la esquina.
En un principio, el Aston Villa no debería sufrir para mantener la categoría, pero necesitan crecer o tarde o temprano caerán a puestos de descenso.