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La muerte del amor en el cine

Entre los temas que más se han tratado en el arte y en la cultura en general destaca un sentimiento universal como lo es el amor, pero este tiene muchas formas y no siempre termina como si fuese un cuento de hadas

El cine en su concepción más básica es el arte que combina imagen, movimiento y tiempo para representar la experiencia humana de la forma más legítima posible. Al ser el amor uno de los ejes principales de esta vida no podía faltar a la cita del arte cinematográfico, así que la mayor parte de la historia del cine depende en gran medida de este caprichoso sentimiento. Pese a que el amor está presente en muchas películas, hay un género en el que todo orbita en torno a él: las películas románticas.


El amor clásico literario logró impregnar el cine y por eso hoy tenemos tanta comedia romántica, tanto drama y en definitiva tanta película sobre encontrar a tu media naranja. Nos han vendido el amor como una aventura imprescindible a la que consagrarse. Es la meta final, la clave para la felicidad, una vez encuentras a esa persona tus problemas desaparecen y puedes centrarte en ser feliz. El mundo está lleno de príncipes azules y princesas que solo han de encontrarse para poder cumplir su destino. Todos nos damos cuenta antes o después de que esto no es así en la vida real por mucho que la ficción trate de hacernos creer lo contrario. Por eso mismo se agradece tanto cuando llega una película que te muestra la cara oculta. En esta ocasión hemos seleccionado una serie de obras que nos muestran la verdad triste, cruda y solemne de que tal vez el amor no siempre es un cuento de hadas y que puede ser un proceso arduo y acabar mal.


1. Her


Empezamos con Her, dirigida por Spike Jonze y protagonizada por un Joaquin Phoenix en estado de gracia cuyo personaje se enamora de una inteligencia artificial a la cual le presta su voz Scarlett Johansson. El personaje de Joaquin Phoenix en esta película es un hombre que vive en una sociedad abstraída de sí misma y encuentra un amor inmaterial en la IA ya mencionada. La cinta habla sobre la necesidad que tenemos de enamorarnos, qué es el amor y la relatividad del concepto, siendo el grueso de la película conversaciones entre Joaquin Phoenix y una voz incorpórea. Logramos ver los estragos psicológicos que pueden dejar las relaciones pasadas y los pensamientos que nos acosan a muchos de nosotros pero que no nos atrevemos a exteriorizar con otras personas. Her es un relato sincero y bonito que puede suponer un golpe de realidad para muchos.


Joaquin Phoenix frente a la IA en "Her". Fuente: Cultura Genial

2. Historia de un Matrimonio


La película protagonizada por Adam Driver y Scarlett Johansson empieza con una de las escenas más bonitas de la historia del cine, en la que ambas partes de la pareja hablan de lo que les gusta de la otra persona. Acto seguido se puede ver que están en una sesión de terapia de pareja y que se están divorciando. Irónicamente, esta historia acaba siendo la de un divorcio, en la que vemos como el amor es volátil, nos lleva a decir cosas horribles, sacar la peor versión de nosotros mismos, pero nunca desaparece del todo, y es algo que hay que aceptar. Es normal que la intensidad con la que se viven las relaciones varíe según pasa el tiempo y está en nuestra mano saber digerirlo y poder darle un nombre a la nueva relación que estableces con esa persona que antaño amaste con tanta fuerza. En resumen, el amor está en los pequeños gestos y detalles, pero puede dar lugar a momentos realmente violentos y dolorosos.


Adam Driver y Scarlett Johansson en la famosa escena de la discusión de "Historia de un matrimonio". Fuente: GQ España

3. 500 días juntos


Esta película es una bofetada en la cara con la mano abierta. Habla de cómo tendemos a idealizar a la persona que nos gusta para luego frustrarnos y culparla por no correspondernos tras haber tratado de captar su atención de todas las formas. A través de la interpretación de Joseph Gordon-Levitt vemos lo importante que es madurar para aceptar este tipo de cosas. Nos muestra que la clave está en quererse lo suficiente a uno mismo para encontrar a aquella persona que está en algún lugar esperando conocernos. La película es realista, alejándose de la idealización de los pequeños momentos y mostrando a unos personajes inmaduros que han visto demasiadas películas y tienen unas expectativas muy ambiciosas. 500 días juntos te obliga a crecer y aceptar que el amor no se busca porque nunca va a salir como esperas.


Joseph Gordon-Levitt haciendo mansplaining a Zooey Deschanel en "500 días juntos". Fuente: GQ España

4. Blue Valentine


Un relato desgarrador y crudo que nos presenta una relación dividida en dos etapas que se van alternando: el momento en el que la pareja se conoce y empieza a salir, y años más tarde cuando están enfadados y separándose. En la historia de esta pareja interpretada por Ryan Gosling y Michelle Williams, los momentos bonitos del principio de la relación se ven interrumpidos para mostrarnos una relación de varios años que ya está quemada y sin mucha esperanza. Entre las dos etapas se puede ver cómo los gestos detallistas del principio acaban siendo malos recuerdos, cómo los pequeños errores desembocan en grandes problemas y cómo el cariño, si no se cuida, puede convertirse en aversión. Blue Valentine es una película sin pelos en la lengua, pesimista y desmoralizadora que te deja tocado una vez la terminas, pero no por ello cuenta una versión menos real de lo que puede ser una relación.


Ryan Gosling y Michelle WIlliams en la escena del ukelele "Blue Valentine". Fuente: El blog de Hildy Johnson

Siempre es importante ver las dos caras de la moneda. La vida es una amalgama de grises que ni siquiera Pantone podría abarcar. Cada momento bonito tiene su contraparte dolorosa, y es estúpido negarlo o ignorarlo, hay que saber que puede suceder cualquier cosa, y no siempre es posible estar preparado, pero tampoco podemos estar tan ciegos. De nuevo el cine ejerce su función de espejo de la vida misma y nos escupe en la cara nuestros miedos, las partes que odiamos de nosotros, y las acciones de las que nos arrepentimos. Está claro que el amor existe, pero es distinto para cada persona, y no siempre es un cuento de hadas.






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