El Manchester City venció al Arsenal y se postula como máximo favorito para ganar la liga inglesa
Este pasado miércoles tuvimos el gran colofón de una liga inglesa que ha estado sorprendentemente reñida y emocionante… hasta ahora. El Manchester City recibió en casa al líder, el Arsenal, en el partido definitivo para conocer al más que posible ganador de la Premier League. Los de Guardiola golearon 4-1 y ya pueden saborear la gloria, con siete encuentros por disputar.
La trascendencia del partido radica en los diferentes resultados obtenidos por ambos conjuntos en este mes de abril. Mientras que los citizens arrasaron con todo lo que se les puso enfrente, Arteta fue incapaz de ganar alguno de sus últimos tres partidos. De esta manera, toda la renta obtenida durante la temporada se esfumó en apenas un mes, en el que ni siquiera han perdido.
Sin embargo, para llegar hasta aquí, los gunners han completado un año totalmente sensacional, en el que han superado todas las expectativas. Nadie esperaba que el Arsenal luchara por otra cosa que no fuera meterse en puestos Champions. Bukayo Saka y Martin Odegaard han conseguido liderar un grupo de futbolistas jovencísimos, con mucho hambre y muchas ganas de demostrar de lo que son capaces.
La lesión de Saliba y Tomiyasu en el tramo final de la temporada ha acabado con la estabilidad defensiva del esquema de Arteta. Ramsdale se vistió de héroe en más de una ocasión, pero no fue capaz de hacer milagros. Tanto Liverpool como West Ham consiguieron marcar dos tantos, remontando sus respectivos encuentros para poner las tablas en el marcador. El Southampton, colista, consiguió anotar hasta en tres ocasiones, manteniendo la ventaja hasta los últimos instantes, en los que el Arsenal consiguió rascar otro punto más.
En el otro lado de la pelea, el Manchester City empezó la temporada con ciertas dudas y tropiezos cuanto menos sorprendentes. Encontraron en el mercado al delantero centro que echaron en falta desde la marcha de Agüero: Erling Braut Haaland. El noruego no ha parado de marcar, rompiendo el récord de Salah, con más goles en una sola temporada de Premier League de 38 jornadas. Eso sí, con 7 partidos por disputar y habiendo perdido alguno por lesión. Pero sus goles no parecían ser suficiente para alcanzar a los punteros de la presente liga.
Pasados los meses, la máquina perfecta de Manchester comenzó a funcionar correctamente. En el momento clave de la temporada, una vez más, han comenzado a contar sus partidos por victorias, sin importar el rival o el contexto. Sin importar las competiciones externas.
Con este contexto llegamos al gran choque de trenes vivido este miércoles. Ambos conjuntos dependían de sí mismos para llevarse la liga. Mientras que el Arsenal necesitaba la victoria, al Manchester City le valía con el empate, siempre y cuando hicieran los deberes en las jornadas restantes.
Para sorpresa de muchos, los de Guardiola no tuvieron piedad y pasaron por encima de los gunners. Solamente existió un equipo en el terreno de juego. La ineficaz presión del Arsenal impidió a los de Londres robar en campo contrario, y dejó unos espacios en defensa en los que Kevin De Bruyne y Erling Haaland se desenvolvieron como peces en el agua. De hecho, el partido del centrocampista belga fue una auténtica maravilla. Tuvo la capacidad de filtrar pases, de encontrar el hueco, desbordar tanto en velocidad como en espacios cortos y, sobre todo, definir frente a Ramsdale como uno de los mejores jugadores del mundo.
Arteta no supo cómo reaccionar ante tal avalancha de fútbol. El City ganó en lo táctico, en lo futbolístico y, sobre todo, en lo anímico. Parece francamente difícil poder ganar una liga ante este equipazo, que te obliga a dar el 100% en cada partido.
Nadie ha ganado nada todavía, ojo. Pero, entre la dinámica de unos y de otros hay demasiada diferencia actualmente. El Arsenal se ha caído con todo el equipo y ya no dependen de sus propios resultados para conseguir una machada histórica. Deberán esperar a que la Champions y la FA Cup pase factura en Manchester, y que algún dios se apiade del club del norte de Londres.