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¿Cómo se estudian las Relaciones Internacionales?

Repaso de las principales escuelas teóricas que tratan de explicar las relaciones entre Estados a nivel internacional



A lo largo de la historia, diversas teorías y escuelas de pensamiento han intentado comprender la política mundial. Aunque ninguna teoría puede explicar por completo los motores de las relaciones internacionales, hay tres perspectivas que han tenido una influencia significativa en el estudio de las relaciones internacionales: realismo, liberalismo y marxismo.


El realismo y el liberalismo son puntos de vista opuestos en las relaciones internacionales, con el realismo haciendo hincapié en la importancia del poder del Estado y los intereses nacionales en un contexto de anarquía, mientras que el liberalismo enfatiza los derechos individuales, la gobernanza democrática y el libre mercado para promover la cooperación y la resolución pacífica de conflictos a través de instituciones y normas internacionales. 


Por otro lado, el marxismo destaca la distribución desigual del poder y los recursos entre los Estados capitalistas y no capitalistas y en el papel del imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo en el mantenimiento de estas desigualdades a través de la lucha de clases y la búsqueda de beneficios por parte de la clase dominante. 



Imagen Relaciones Internacionales. Fuente: El Orden Mundial

En primer lugar, la perspectiva marxista de las relaciones internacionales subraya el papel del poder económico y de clase en la configuración de la política mundial. La teoría de los sistemas mundiales de Immanuel Wallerstein sostiene que la economía global está estructurada por un sistema mundial capitalista. En esta, los Estados capitalistas poderosos dominan a los Estados no capitalistas más débiles a través de mecanismos como las relaciones comerciales desiguales, la inversión extranjera y la intervención militar.


Del mismo modo, Vladimir Lenin argumentó que el imperialismo es una consecuencia natural del capitalismo, con la concentración de capital que conduce al crecimiento de los monopolios y la expansión de los Estados capitalistas en otros territorios justificada por la necesidad de nuevos mercados y recursos, a menudo acompañada de violencia y coerción. 

 

Sin embargo, la teoría marxista ha sido criticada por su incapacidad para proporcionar un relato coherente y empíricamente fundamentado de las relaciones internacionales, basándose en suposiciones anticuadas y excesivamente simplificadas sobre la naturaleza del capitalismo global. Las perspectivas marxistas también tienden a simplificar en exceso el comportamiento de los Estados y otros actores del sistema internacional, descuidando la importancia de la toma de decisiones individuales y el papel de la ideología y la cultura.


Por tanto, a pesar de su gran aportación en la explicación de los comportamientos imperialistas y colonialistas, es necesario revisar la teoría marxista para que refleje mejor la complejidad de la política mundial y las diversas formas en que los Estados y los agentes no estatales interactúan entre sí en el sistema internacional. 



Imagen de Vladimir Lenin. Fuente: BBC

Es hora de analizar lo que piensan los estudiosos liberales. Uno de sus principales argumentos es que las instituciones internacionales como las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio son cruciales para promover la cooperación y reducir los conflictos en las relaciones internacionales. Esta afirmación se basa en la creación de normas y reglas que guíen el comportamiento de los Estados y promuevan la estabilidad y la paz.


Otros sostienen que el libre comercio puede beneficiar a todos los Estados al promover el crecimiento económico y el desarrollo debido al concepto de especialización de producción, impidiendo de esta manera el monopolio. Por último, también han argumentado que es menos probable que las democracias entren en guerra entre sí porque comparten valores y normas comunes, alcanzando la "Paz Perpetua" que el mundialmente famoso Immanuel Kant defendía.


Sin embargo, varios autores han criticado el liberalismo por hacer demasiado énfasis en la racionalidad de los Estados e ignorar el papel del poder en la configuración de la política internacional. De igual manera, otra crítica es no reflejar los inconvenientes del libre comercio, que históricamente ha sido promovido por los Estados poderosos para mantener su dominio sobre los Estados más débiles.


Además, se cuestiona la eficacia de las instituciones internacionales, sobre todo cuando los Estados poderosos no están dispuestos a seguir sus normas, ya que estas instituciones no son más que un reflejo de la distribución del poder en el mundo. Esto queda reflejado en la débil posición de las Naciones Unidas en la guerra de Ucrania y la guerra de Gaza. Por lo tanto, la idea de una "Paz Perpetua" nunca podrá alcanzarse, ya que ser una democracia no excluye el hecho de que cada Estado persiga sus propios intereses, como puede verse, por ejemplo, durante la invasión estadounidense de Irak. 



Imagen de las Naciones Unidas (ONU). Fuente: Ayuda en acción.

Finalmente, el enfoque realista de las relaciones internacionales sugiere que los Estados actúan en base a su propio interés y dan prioridad a su propia seguridad y supervivencia. De este modo, las instituciones internacionales, los actores no estatales y los factores ideológicos no son las principales fuerzas motrices de la política mundial, ya que estos tienen una influencia limitada debido a su falta de poder sobre los Estados poderosos y realmente importantes del orden mundial. Por tanto, los Estados sólo pueden actuar basándose en normas y valores cuando coinciden con sus intereses, ya que la moral es un instrumento político utilizado para justificar los intereses estatales.


En el otro lado de la moneda, el realismo es criticado por su visión pesimista y estrecha de las relaciones internacionales. En primer lugar, los críticos sostienen que el realismo ignora el papel de las instituciones internacionales en el fomento de la cooperación y la reducción de los conflictos. En segundo lugar, el realismo no tiene en cuenta el impacto de los actores no estatales, como las organizaciones no gubernamentales, las empresas multinacionales y los individuos, en la configuración de la política mundial. En tercer lugar, el realismo pasa por alto la importancia de factores ideológicos como las normas, los valores y las identidades a la hora de configurar el comportamiento de los Estados. Por último, los críticos sostienen que el realismo no proporciona un marco normativo para abordar retos globales como la pobreza, la desigualdad y la degradación medioambiental.



Guerra de Ucrania como tablero de ajedrez. Fuente: Converses a Catalunya

En un intento de resumir toda la información del artículo se podrían explicar todas las teorías analizadas en una frase. El realismo postula que los Estados son los principales actores de las relaciones internacionales, movidos por la búsqueda del poder y el interés propio. El marxismo, por su parte, contempla las relaciones internacionales a través del prisma de la lucha de clases y la explotación de la clase trabajadora. El liberalismo enfatiza la importancia de las instituciones internacionales y la cooperación para la paz y la estabilidad.


Aunque cada teoría tiene sus puntos fuertes y débiles, es importante destacar que como disciplina de las Ciencias Sociales, no existe ninguna verdad absoluta. Esto quiere decir que puedes elegir la que más te haya convencido o incluso, complemetar los postulados de una y otra y crear tu propia teoría. Lo que está claro es que cada una de estas escuelas teóricas proporcionan herramientas indispensables para intenetar comprender los conflictos que nos asolaron, nos asolan y que nos seguirán asolando.

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